La reciente decisión del Gobierno Nacional de desregular los parques nacionales argentinos ha generado un fuerte debate. Mientras algunos celebran la mayor apertura al turismo, otros advierten sobre el impacto negativo que esto podría tener en la conservación de estos espacios naturales. ¿Estamos ante un avance en el acceso o una amenaza a la biodiversidad?
Cambios significativos en la gestión
Con las resoluciones 61/25 y 62/25, se introdujeron modificaciones clave en el funcionamiento de los parques nacionales. Una de las medidas más destacadas es la eliminación de concesiones exclusivas para excursiones, lo que permite que múltiples operadores turísticos ofrezcan actividades como caminatas nocturnas, vuelos en globo y sesiones de yoga al aire libre. Esto amplía la oferta disponible para los visitantes y fomenta la competencia en el sector turístico.
La polémica sobre la eliminación de guías
Uno de los puntos más controvertidos es la eliminación de la obligatoriedad de contratar guías especializados para actividades convencionales dentro de los parques. Aunque esto puede reducir costos y facilitar el acceso al turismo, muchos expertos advierten que podría comprometer la seguridad de los visitantes y la preservación del patrimonio natural y cultural. Sin profesionales capacitados, ¿quién garantizará que los ecosistemas no sean dañados?
Preocupación en el sector turístico y académico
Organizaciones académicas y profesionales han manifestado su inquietud sobre el impacto de esta medida en la formación y profesionalización del sector turístico. Reducir el rol de los guías podría desincentivar la capacitación en turismo y debilitar un sector clave para la economía argentina. Además, sin una regulación adecuada, el riesgo de sobreexplotación y deterioro ambiental crece significativamente.
Entre el desarrollo y la conservación
Los parques nacionales no solo son espacios de recreación, sino reservas de biodiversidad y patrimonio cultural. La desregulación busca dinamizar el turismo y fomentar la competencia, pero debe equilibrarse con políticas que garanticen la conservación de estos espacios y la seguridad de quienes los visitan. Sin un control adecuado, la apertura indiscriminada podría generar daños irreversibles.
¿Un beneficio real o un riesgo innecesario?
Si bien la desregulación puede ofrecer oportunidades para diversificar y ampliar la oferta turística, es fundamental que se implementen medidas para proteger la integridad ambiental y cultural de los parques nacionales. La colaboración entre el Estado, los profesionales del turismo y las comunidades locales será clave para encontrar un equilibrio que beneficie tanto al desarrollo económico como a la preservación de nuestro invaluable patrimonio natural.