La noche más oscura de Argentina
El 24 de marzo de 1976, Argentina entró en una de las etapas más sombrías de su historia. Un golpe de Estado derrocó al gobierno constitucional de Isabel Perón y dio paso a una dictadura cívico-militar que impuso el terror como método de control. Durante siete años, el país estuvo sumido en un régimen de persecución, censura y violencia, dejando un saldo de 30.000 desaparecidos, miles de exiliados y un pueblo marcado por el miedo.
¿Por qué recordar el horror?
Algunas heridas parecen cerrarse con el tiempo, pero la historia nos demuestra que olvidar puede ser el primer paso para repetir los errores del pasado. La memoria colectiva no es solo un acto de justicia, sino un compromiso con la democracia y los derechos humanos. Cada 24 de marzo nos obliga a preguntarnos: ¿qué país queremos construir? ¿Qué aprendimos de aquellos años de oscuridad?
"Nunca Más" no es solo una consigna
El informe de la CONADEP, titulado Nunca Más, fue un punto de inflexión en la lucha por la verdad y la justicia. Demostró con pruebas irrefutables las atrocidades cometidas durante la dictadura y abrió el camino a los juicios a los responsables. Pero "Nunca Más" no debe quedar en los libros de historia o en actos conmemorativos; debe ser un principio que guíe nuestra sociedad en cada una de sus decisiones.
Construir el futuro con inteligencia y memoria
La memoria no es quedarse en el pasado, sino usarlo como herramienta para construir un futuro más justo. Hoy enfrentamos nuevos desafíos: discursos negacionistas, intentos de justificar lo injustificable y la indiferencia de las nuevas generaciones. Es nuestra responsabilidad contar lo que pasó, enseñar lo que significó y mantener viva la lucha por una Argentina sin represión ni violencia.
La democracia se defiende todos los días
No basta con recordar el 24 de marzo una vez al año. La democracia se fortalece cada día, con participación ciudadana, con educación y con compromiso. La libertad y los derechos que hoy tenemos no fueron un regalo, sino una conquista del pueblo. Honremos a quienes sufrieron la dictadura garantizando que sus historias no se pierdan en el olvido.
Porque recordar es un acto de resistencia.
Porque la historia no debe repetirse.
Porque el 24 de marzo no es solo una fecha: es un llamado a la memoria activa.
¡Nunca más!