Una frase como “si tuviste un hijo con discapacidad es problema de la familia, no del Estado” no puede pasar desapercibida. Duele. Lastima. No solo por lo que dice, sino por todo lo que deja entrever: una forma de pensar que despoja al Estado de su función más noble —acompañar, sostener, garantizar derechos.
Cuando desde el poder se sugiere que la discapacidad es una carga personal, un asunto doméstico, lo que realmente se está haciendo es lavarse las manos. Y eso, en un país que alguna vez se enorgulleció de construir redes solidarias y políticas públicas inclusivas, es una traición a su propia historia.
🧱 Retrocesos que no se Dicen, pero se Sienten
No hace falta revisar documentos oficiales para saber que el Estado está retrocediendo. Se siente en la calle, en las familias que ya no pueden pagar terapias, en los centros que cierran, en los profesionales que migran porque no se reconocen sus saberes. Se siente cuando los discursos se llenan de desprecio, de violencia verbal, de gestos que marcan distancia.
No es solo lo que se dice. Es lo que se deja de hacer. Es el silencio de los que deberían garantizar que nadie quede afuera. Es la complicidad de quienes aplauden sin pensar en las consecuencias humanas de ese abandono.
💸 El Ajuste que Castiga a los Más Vulnerables
Las Pensiones No Contributivas por Invalidez, destinadas a personas con discapacidad que no pueden trabajar, equivalen al 70% de una jubilación mínima. En junio de 2025, este monto es de $213.306,75, al que se suma un bono de $70.000, totalizando $283.306,75.
Sin embargo, este ingreso está muy por debajo de la canasta básica familiar, que supera ampliamente ese monto. Además, la desregulación en salud ha disparado el precio de los medicamentos, provocando una pérdida del 41% en la capacidad adquisitiva de los jubilados y pensionados en comparación con el gasto en salud.
Es decir, las personas con discapacidad deben enfrentar gastos crecientes en salud y cuidados con ingresos que no alcanzan para cubrir sus necesidades básicas.
🧍♀️🧍♂️ Somos Personas, no “Problemas”
Tener una discapacidad no es un problema. El problema es una sociedad que no quiere mirar, que no adapta sus espacios, que no escucha, que no incluye. El problema es una burocracia que obstaculiza en vez de acompañar. El problema es un Estado que elige ahorrar en humanidad para gastar en crueldad.
Quien vive con una discapacidad no necesita lástima ni caridad. Necesita respeto, igualdad de oportunidades, y un entorno que no lo margine. Y eso no se logra con discursos vacíos ni con ajustes salvajes: se logra con políticas reales, con compromiso ético, con voluntad de construir una sociedad que no expulse.
🛑 Basta de Excusas. Empiecen a Gobernar para Todos.
Este no es un reclamo ideológico, ni partidario. Es un grito humano. No se puede gobernar desde el desprecio. No se puede dirigir una nación como si se tratara de una empresa que solo busca rentabilidad. La vida no se mide en costos. La dignidad no se negocia.
Y si alguien ocupa un cargo público para desentenderse de las realidades más dolorosas de su pueblo, entonces no merece ese cargo. No está a la altura. Porque un gobierno que no defiende a los más vulnerables no gobierna: abandona.
❤️🔥 La Palabra Como Rebeldía
Escribimos porque duele, pero también porque creemos. Creemos en una Argentina que abrace, que escuche, que acompañe. Una Argentina donde el Estado esté presente, no como un benefactor, sino como garante de derechos. Y si nos toca levantar la voz, lo haremos las veces que sea necesario. Porque lo que está en juego no es una discusión política: es la vida de millones.