El sol de la mañana recorta las siluetas de nuestras sierras, pinta de oro los senderos y nos recuerda por qué elegimos este lugar para vivir. Pero bajo esa postal perfecta, late una herida supurante, un murmullo de plástico y vidrio que amenaza con devorarnos. Punilla, el valle que enamora, se enfrenta al espejo de su basura y la imagen que devuelve es cada vez más monstruosa.
El Perfume de la Indiferencia 🥀
Cerramos la bolsa, la dejamos en el canasto y mágicamente, desaparece. ¿O no? Creemos en el truco de un mago perezoso. La verdad es que nuestra basura no se esfuma; emprende un viaje corto y agónico hacia su tumba a cielo abierto. Un monumento a la desidia, un vertedero donde compactamos la tierra con nuestro propio fracaso. Cada bolsa que no separamos es un ladrillo más en el muro de la contaminación, un legado tóxico que envenena el suelo que pisamos y el agua que anhelamos.
Una Luz en Tanti: El Grito de Tukuy 💡
Pero en medio de la niebla, una luz se niega a extinguirse. En Tanti, la Cooperativa Tukuy no recicla solo cartón y botellas; recicla, sobre todo, la esperanza. Son la prueba viviente, el cachetazo de realidad para el resto del valle. Demuestran con cada fardo prensado que la organización ciudadana puede más que la burocracia. Tukuy no es un milagro, es una decisión. Una pregunta que resuena en cada rincón de Punilla: Si ellos pueden, ¿por qué los demás eligen no hacerlo?
La Orquesta de las Excusas 🎻
Y entonces, comienza el concierto. Suena el violín del "no hay presupuesto", la percusión del "es un problema complejo", las trompetas de la "falta de acuerdo entre municipios". Una sinfonía que adormece, que justifica la parálisis. Nos venden la inacción como si fuera prudencia. Nos hablan de planes futuros mientras el presente se nos pudre en las manos. ¿Hasta cuándo vamos a aplaudir una melodía que nos lleva directo al precipicio?
La Rebelión de los Conscientes ✊
¡Basta! Esto no es un llamado, es una convocatoria. Una rebelión que empieza en cada cocina, en cada tacho de basura. Separar no es una opción, es un acto de resistencia. Compostar no es una moda, es un grito de guerra contra el desperdicio.
Exigirles a nuestros intendentes un plan de Gestión Integral de Residuos no es un favor que pedimos, es un derecho que nos corresponde. Llenemos las redes, las plazas y los concejos deliberantes con una sola voz. No queremos más diagnósticos, queremos acciones. No aceptamos más excusas, demandamos soluciones.
El futuro de Punilla se decide hoy, en la dignidad de una bolsa separada, en el coraje de una comunidad que se levanta y dice: "Mi paisaje no está en venta. Mi futuro no se tira a la basura".