Una propuesta para preservar el patrimonio y el acceso al turismo
El complejo turístico de Embalse Río Tercero, uno de los espacios más emblemáticos del turismo social en Córdoba, podría ser declarado bien inalienable, inembargable e imprescriptible, si prospera un proyecto de ley presentado recientemente en el Senado. La iniciativa, impulsada por el bloque Convicción Federal, busca evitar que el predio sea transferido a la Agencia de Administración de Bienes del Estado (AABE) para su posible venta o concesión.
Un espacio con historia, pensado para el pueblo
Con una extensión de 953 hectáreas y capacidad para alojar a más de 3.000 personas, el complejo de Embalse forma parte de un modelo turístico que apostó, desde sus inicios, a la inclusión y al descanso como derecho. Actualmente solo se encuentran operativas plazas para unas 700 personas, y desde el gremio ATE se alerta que el personal podría reducirse a menos de la mitad.
El delegado Leonardo Ladoux expresó su preocupación en diálogo con Cadena 3: “De 65 trabajadores quedarían apenas 30, para tareas mínimas de mantenimiento”. Aun así, el lugar sigue funcionando como punto de encuentro, campamentos y actividades para diferentes sectores de la sociedad.
La otra mirada: una redefinición de responsabilidades
Desde el Gobierno nacional se impulsa una nueva Ley Nacional de Turismo, bajo el argumento de reorganizar el uso de los bienes del Estado y reducir el gasto público. El turismo social dejaría de formar parte de los planes oficiales y los inmuebles, como el de Embalse, pasarían a ser evaluados por la AABE para una posible concesión o venta.
Con un déficit estimado de más de 10 millones de dólares anuales, la mirada oficial propone una mayor participación del sector privado en la administración de estos complejos.
Patrimonio, inclusión y desarrollo local
Los senadores proponen otra vía: refuncionalizar sin vender. El proyecto apunta no solo a resguardar el valor histórico y cultural de estos espacios —declarados Monumentos Históricos desde 2013—, sino también a fomentar el desarrollo económico regional.
Según expresaron los autores de la iniciativa, revitalizar el complejo generaría empleo, oportunidades para emprendedores locales, y un flujo turístico beneficioso para toda la región.
Un equilibrio posible
¿Es responsabilidad exclusiva del Estado sostener este tipo de espacios? ¿Puede el turismo social convivir con nuevas formas de gestión? ¿Qué lugar ocupa el descanso como derecho en tiempos de ajuste?
Las respuestas no son simples, pero la discusión invita a repensar el valor real del patrimonio público, más allá del costo económico. Embalse Río Tercero sigue siendo una postal del turismo argentino. Y su futuro, una conversación abierta.